De la información transmitida por dos testigos de excepción, como fueron el capitán José Galván Balaguer y el jefe de la expedición de la Cruz Roja Esteban Mandillo Tejera, se deduce que en la noche del sábado 20 de noviembre de 1909, el Valle de Santiago sería arrasado por los brazos de lava del Chinyero. Resulta especialmente significativa la mención que hacen estos testigos de haber «ordenado» al cura y al secretario del Valle de Santiago mantener la vigilancia sobre el lugar, que ellos dan por perdido. La realidad, sin embargo, fue bien distinta y sus previsiones no se cumplieron, por lo que situándonos en el lugar de los vecinos del año 1909, es del todo acertado su convencimiento de que efectivamente ocurrió: El milagro del Volcán Chinyero.