Si hay algo a lo que Olga Morante no puede resistirse es a los retos y, en el breve espacio de veinticuatro horas, parecen acumulársele: su jefe le propone un reportaje para el periódico en el que trabaja, uno sobre los desarrapados de Parque San Luis (trasunto del Parque de Santa Catalina de Las Palmas); su colega fotógrafo la reta a llegar hasta el fondo de ese mundo de desesperanza; y un enigmático personaje que vive a caballo entre un zaguán miserable y el burdel más famoso de la ciudad acaba de rematar la faena con una historia llena de luces y de sombras. es el relato de una búsqueda, el de unos seres solitarios que se entrecruzan en un momento clave de sus vidas, el de la eterna lucha entre lo honesto y lo indigno, entre la culpa y el perdón. José Luis Correa, con un lenguaje a veces poético, a veces descarnado, nos lleva de la mano por los callejones de una ciudad que conoce como pocos. Una estructura casi cinematográfica nos presenta a personajes que al lector le va a ser muy difícil olvidar: Diego Córdoba, Lupe Cifuentes, Laura Cano; y también Turo y Lena y Olga y Pancho.