Cuando Reinaldo Orlando creía haber llegado a la isla para cumplir su rutinario encargo de un nuevo asesinato, una bandada de extraños pensamientos venidos del pasado lo sitúan en una tesitura difícil de superar: enfrentarse con su propio destino. Ayudado de Amanda Abraxas deambula entre la ficción, los sueños y una realidad evanescente. Arrégleme el alma muestra esencialmente una faceta del autor que casi siempre subyace en todos sus escritos: la indagación de la identidad personal. La isla es una protagonista más de esta novela que está narrada en un tono tan íntimo que parecería que los propios personajes son quienes se expresan a lo largo de sus páginas. El espacio del viaje hacia el interior lo observa la isla, pero no de forma pasiva, sino mostrándose en todo momento a través de sus mágicos efluvios surrealistas. La materia con la que se trabaja es el lenguaje; y el lenguaje, aunque sea un bien general o común es, a toda costa, un instrumento íntimo que se carga y mueve desde las emociones y la sexualidad.