Tras una sentida pérdida personal, Lauri decide abandonar de forma indefinida su Fuerteventura natal y aparcar su carrera como windsurfista para recalar en la lejana Laponia finesa, con la intención de hallar respuesta a las cuestiones que se formula acerca de sus orígenes, los cuales se remontan a las raíces del último pueblo indígena de Europa: los sami. Allí, además de reencontrarse a sí mismo, conocerá a un grupo de personas que le acompañarán durante su viaje interior, entre las que destaca Ánná, una joven y temperamental pastora de renos con la que establecerá una conexión especial desde el primer momento y que le ayudará a redibujar su pasado directo y el de su familia.