Se me revela como toda una utilidad para quienes no entienden, o asimilan gregariamente, las palabras de moda, puesto que la voluntad expresa de su autor trata de desvelar «la dicotomía entre lo aparente y lo real en el lenguaje». En él se reflexiona sobre la burbuja autista que se ha instalado entre nosotros en la esfera de los neologismos escuchados en los media, leídos en la prensa y en boca de políticos, financieros y comentaristas de toda laya. Que se ha instalado sin resistencia aparente entre el personal, casi siguiendo el principio de autoridad que conduce a la dormición o domesticación de las conciencias, esencialmente «a través de la prensa y del discurso institucional». La de Luis Rivero es una propuesta analítica poco usual, hecha con claridad estilística y expositiva, poniendo en uso una radical y áspera sensatez que no oculta cierta voluntad didáctica, tratándose en él como se trata de decir verdades como puños que ojalá pudieran ser asimiladas por sus lectores como apuntes ideológicos, detrás de lo que aparenta ser glosa léxica ofrecida como Vocabulario satírico de español urgente.