Viaje consta de 45 poemas breves consecutivos sin estar agrupados en partes, para dar la impresión de un viaje sin parada. Si acaso dichos poemas sólo están delimitados por los títulos para darnos pistas de la ilación de la estructura del libro. De esta manera podemos identificar, al menos, cuatro partes que se corresponden con las cuatro estaciones del año, tal como suceden en Canarias, sin que apenas notemos la transición entre una y otra. Poesía insular, a fin de cuentas, la de José Antonio Lago, que busca en la esencialidad de las cosas y su transposición por la mirada la fusión de los instantes y, por tanto, un hoy imaginativamente eterno.