En este libro la autora nos guía a través de la profundidad espiritual que impregna los más sencillos actos cotidianos.
Con la ayuda de los protagonistas, nos pone de manifiesto, utilizando un lenguaje sencillo y carente de adornos innecesarios, el peso emocional que tienen sobre nosotros los orígenes, la infancia y los gestos y sucesos corrientes de cada día.
Protagonistas y hechos traen a la luz los espacios privados que reservamos interiormente, esos en los que sentimos el dolor pero que al mismo tiempo nos permiten soñar y experimentar la vida con la certera y conmovedora mirada del corazón.