Los protagonistas de se mueven en un mundo pseudocientífico futuro y se valen de artefactos que pudieron o podrían existir si estiráramos nuestra imaginación. Nikla Tesla, un inventor croata de nacimiento –y nacionalizado americano–, estuvo muy cerca de conseguir algunos de los efectos que se describen en esta ficción. Sin embargo, alguien que no lo deseaba prendió fuego a su laboratorio.
Ángel Curiá Martínez-Alayón traza la analogía entre unos habitantes que residen en exoplanetas y los seres humanos, de tal modo que, a pesar de sus diferencias sustanciales, resulta sencillo encontrar similitudes entre ambos. Según el autor, el viaje o la tele portación siempre tiene un objetivo que podemos calificar como «bondadoso» y su técnica «es tan simple que puede ser fácilmente entendida por un niño de doce años». No obstante, los conceptos filosóficos y religiosos y el humor que habita en estas páginas sorprenderán a los lectores de cualquier edad.