Rútila oquedad

Hermógenes Sangil es un individuo que, sin ser escritor, redacta sus impresiones del acontecer cotidiano. La actualidad no le seduce en absoluto, quejosos sus semejantes de una situación, que nunca fue boyante, aunque alguno creyera nadar en la abundancia. Lejos de dejarse contagiar por la desesperanza, este hombre se inhibe de su entorno, mientras observa cuanto acaece en el tránsito a cualquier punto donde reside. Los aspectos entreverados son ramalazos que salpican el ambiente, captados a través de los medios de comunicación, comprendidos en actos culturales, políticos, deportivos y de diversa índole, propios del momento de su particular proceso; el resto lo conforman pasajes novelescos, descritos por los distintos personajes, inmersos en múltiples facetas, que integran y toman vida en esta trama. Hermógenes Sangil se limita a verter su pensamiento y reflexión, al tiempo de tonificarse de amores, que es sosiego y salud en la suma de sus textos. Una vez acabados, los guarda en lugar recóndito para salvar su contenido, de libre naturaleza, significativa a tenor de la unción inducida. Su secreto, sin embargo, está en la singular disposición del relato.