La historia de la creación de la Casa de Cuba en la Ciudad Universitaria de París es una historia de amor entre dos seres excepcionales, Rosa Abreu, perteneciente a una prestigiosa familia de patriotas y filántropos cubanos, y Joseph Grancher, joven estudiante francés de medicina, de los cuales se ha querido seguir el itinerario profesional y humano a través de los acontecimientos felices y dramáticos que vivieron juntos en el curso de los siglos XIX y XX. La construcción de esta casa fue confiada al brillante arquitecto francés Albert Laprade, quien llevó a cabo en 1932 la más hermosa y lujosa de todas las residencias universitarias de la ciudad internacional de París. Abandonada durante la Segunda Guerra mundial y relegada luego en los rincones olvidados de la Historia, esta casa, hoy totalmente rehabilitada, acoge nuevamente a estudiantes del mundo entero y sigue siendo en el corazón de todos, un pedazo de Cuba en tierra francesa.