Es un relato de mar. De costas que son noches alargadas como el silencio. De fracasos de muelles del que embarcaron incontables aventuras y en donde no atracaron más que sueños rotos, caídos, astillados como versos o como pájaros de agua, voladores.
Es un relato de mar. Con días azules, calmosos, con besos de salitre en los labios, y con días espesos, de pájaros negros picoteando las olas que estallan y crujen. Tiene orillas por donde pasea la ternura de la mano de los deseos, charcos donde nadan los colores, rincones con luna.
Versos caídos es un corto relato de mar, interminable, con naufragios y con horarios de mareas, con arribos de promesas mecidas por murmullos y susurros de brisas, palabras que se desgranan y caen, desparramadas por la costa, como versos caídos.