Desde joven me crecía la nariz porque hacía versos. Paré de hacerlos para que no creciera más. Pero he vuelto a escribir versos... Soy un narizudo. Pero de un solo golpe salta la verdad. Lo mejor es la realidad. Tal y como están las cosas hay muchas mentiras. Hay fantasía, lentejuelas, adornos de serpentinas entre sueños de charol y risas en las burbujas de cervezas y fuegos artificiales. Pero todo esto no vale, poetas, es falso como el ojo de cristal del vendedor de loterías. Lo mejor es la verdad, aunque mentira la verdad. Así que tomas las cosas como están en la calle y, si puedes y tienes fuerzas, con tus brazos, las levantas todo lo que puedas y después la dejas caer de un solo golpe sobre la página en blanco. Lo que queda sobre el papel es el poema.