El presente libro propone la construcción de un nuevo relato histórico-artístico sobre la relación que los artistas plásticos grancanarios han mantenido con la creación de escenografías y figurines teatrales. Nuestro punto de partida se encuentra en el Ochocientos, ya que fue el momento en que comenzaron a establecerse las primeras edificaciones destinadas a los espectáculos en las ciudades isleñas.
Desde el mismo instante de su germinación y construcción, podemos constatar el inicio de la vinculación entre pintores y teatro en las Islas; que continuó, se generalizó y alcanzó sus mayores y más importantes cotas de esplepndor en el siglo XX. Así pues, no es de extrañar que pintores, en su mayoría, y algún que otro escultor y arquitecto, decidieran enfrentarse a la creación de decorados y vestuarios escénicos, como se podrá comprobrar en los capítulos que componen esta obra.