A nadie debe molestar la afirmación de que el carnaval de hoy conserva su antigua sustancia histórica de fiesta sagrada en honor de los esclavos. Bajo esta premisa, en Un carnaval amargo se escenifica una ficción en la que la fiesta de las máscaras es la protagonista.
Durante un simposio permanente en el que, día tras día, los invitados hablan de un carnaval lleno de dificultades, se nos cuenta cómo van escenificándose los ritos de la alegría en la ciudad de los laureles. Políticos, demandantes judiciales y un coreógrafo incapaz de comprender la verdadera naturaleza del carnaval local confluyen para que este año las mascaradas adquieran un sabor amargo.