Hoy he paseado por el centro de la ciudad y he contemplado el rostro de las mujeres, las que buscan a diario la respuesta de la vida y del amor. Mujeres que se sacuden el polvo de una sociedad que las ha relegado a un segundo plano o las ha olvidado malévolamente. Mujeres que escogen con orgullo y sin complejos sus preferencias. Mujeres que afrontan los retos que el devenir les ofrece, con fuerza y confianza en sí mismas. Mujeres artistas y arriesgadas que se lían la manta a la cabeza y salga el sol por donde salga, defienden su trabajo con dignidad. Mujeres que no quieren ni dádivas ni concesiones. Mujeres que aspiran a realizar sus propios sueños aunque tengan que viajar por la ruta más difícil y menos transitada. Ellas viven a su manera, han luchado por lo suyo, lo que son y lo que tienen se lo han ganado solas.