Las mujeres canarias dejaron su huella en América, allí transportaron la idiosincrasia, las costumbres, creencias y manifestaciones culturales; evocaron el recuerdo de su terruño, crearon asociaciones y centros que catalizaron sus relaciones. Ellas fueron clave en el proceso de integración en la nueva sociedad y en la identidad cultural.
La carencia de instrucción o precaria formación condicionó sobremanera sus expectativas sociolaborales. La infraescolaridad disminuyó sus oportunidades. A muchas la ignorancia las convirtió en víctimas del tráfico inhumano, de la explotación y de los abusos de negociantes sin escrúpulos. Pero también hubo isleñas ilustres y descendientes de canarios que se destacaron en la sociedad americana.