Esta obra analiza los cambios y transformaciones acaecidos en el Sur dominicano entre 1680 y 1795, una etapa crucial de su devenir histórico en la que irrumpió como un factor decisivo de su configuración la migración de familias canarias. En este primer tomo, Manuel Hernández González estudia el impacto de todos estos fenómenos en la región sureste –Monteplata, Boyá, Bayaguana, San José de los Llanos, Higüey y El Seibo– no sólo desde la órbita socioeconómica, sino también política y cultural, y en aspectos tales como la vida cotidiana, la educación, la estructura de la propiedad de la tierra, los regímenes de tenencia o las creencias.