AFORTUNADAS Y PURPURARIAS. La expansión del Imperio romano hacia el Atlántico Norteafricano y las Islas Canarias (146 a.C.-43 d.C.)

A partir de la derrota de Cartago por Roma durante la Tercera Guerra Púnica el 146 a.C., comenzó una progresiva intervención romana en el Norte de África que culminó con la anexión final del reino cliente de la Mauretania, en el norte de los actuales Marruecos y Argelia, tras ordenar el emperador CAlígula la muerte de Ptolomeo en 40 a.C. Esta anexión la materializó su sucesor y tío, el emperador Claudio el 42-43 d.C., dividendo en dos la Mauretania, Tingitana y Caesariensis con capitales en Tingi (Tánger, Marruecos) y lol Caesarea (Cherchel, Argelia). El objetivo final es mostrar que esta anexión fue casi simultánea al comienzo de la conquista de Britania el 43 d.C. y se inserta dentro de una expansión del Impero Norte como hacia el Sur, donde se encontraban las Islas Canarias, pues aportaba más beneficios económicos que costes.

La anexión de la Mauretania y sus regiones periféricas aportó recursos como la madre de cidro, colmillos de marfil, pieles y animales salvajes vivos para espectáculos de circo, púrpura de la Stramonita haemastoma y oro en polvo procedente de Senegal, a los que unieron otros de las Islas Canarias como la púrpura, orchilla vegetal para tintes, ámbar gris de cachalote, sangre de drago o pieles de focas monje y cabras.

El lbiro se divide en tres grandes apartados, el marco histórico entre el 146 a.C.-43 d.C., con un recorrido detallado de las dinastías reinantes en la Numidia y Mauretania. En segundo lugar, una reevaluación de los periplos que recorrieron la costa atlántica norteafricana, que indican la frecuentación de las Islas Canarias, como Polibio de Mgalópolis (146 a.C.), Eudox de Cízico (ca. 108-107 a.C.), Sertorio (81-80 a.C.), Seboso (ca. 70 a.C.) y Juba II (ca. 25/24 a.C.). Finalmente, se centra en el poblamiento más reciente de las Islas Canarias. Para ello se volaron las sublevaciones de Getulos, Mauros, Musulames y Cinithii del 3 al 41 d.C. entre Túnez y la Mauretania, las recientes excavaciones en Lobos, Buenavista y El Bebedero o los crecientes hallazgos de ánforas romanas entre las islas de La Graciosa y Tenerife.