No se le escapan al autor de este libro las reflexiones sobre la poesía, sobre la necesidad o no de la escritura. Por eso, muchos versos de Flores del estercolero, constituyen una auténtica poética en la que Domingo Corujo toma partido por esa escritura libre y que construye algo, rechazando toda escritura vacía, sin contenido. De ahí que afirme: «Se debe tener argumentos para callar cuando el escribir no construya». Y aboga también por una poesía libre y auténtica, solo sujeta a «las voces de la vida».