Resulta un tanto absurdo que tengamos que escribir a estas alturas sobre un tema que parecía saldado por el peso de la historia, pero esta es la cuestión. No se trata de entrar en el debate, si es que tal debate existe. Gran Canaria ya figuraba como Gran Canaria y con su nombre en Le Canarien. Leoncio Rodríguez, que lo sabía y que tenía una inteligencia sobria y un amor fuera de lo común por Tenerife y por el resto del Archipiélago, lo escribió (el nombre de Gran Canaria), no una sino mil veces. Así lo van a comprobar en las páginas de este libro.