La fábrica de gas de Santa Cruz de Tenerife fue para la ciudad y para toda la isla uno de los símbolos de desarrollo e innovación tecnológica de la época, desde su construcción en 1906 hasta el año 1975, en el que dejó de producir gas, convirtiéndose su recinto en dependencias de la empresa UNELCO.
Por el suministro de gas se equiparó a Santa Cruz de Tenerife con las más avanzadas ciudades europeas de la época en cuestión energética. Luego, en 1958 se instaló dentro de la fábrica una turbina de gas para producir electricidad y atender la gran demanda que la misma estaba teniendo no solo en la capital, sino en La Laguna y el resto de pueblos del norte de la isla, que comenzaban a crecer demográficamente y a sufrir cortes de suministro por falta de generación.