Junio es una ácida alegoría, que toma como excusa la vida en un centro escolar de una zona turística, para dejar constancia de la incomunicación y la carencia de relaciones sinceras que vivimos en la sociedad actual. De lunes a viernes, cada mañana, una profesora de Lengua y Literatura conduce su automóvil por la autopista del sur para dirigirse al instituto donde trabaja. Allí se encontrará con sus compañeros y alumnos y vivirá situaciones conflictivas, algunas divertidas y otras decididamente absurdas.
Esther terrón refleja un mundo sin valores en el contexto de un paisaje deshumanizado en el que, a pesar de todo y en medio de la desorientación general, la protagonista busca un sentido. La sutil ironía, el especial cuidado en las descripciones y el ambiente onírico en el que se desarrollan algunas de las peripecias de la protagonista harán sonreír más de una vez al lector.