En este libro no sólo se van a encontrar con los recuerdos de Toby, y por ende con los míos, sino que también lo van a hacer con un mundo paralelo en el que los sueños y deseos se hacían realidad debido al poder de la imaginación de un niño que se reinventaba aquello que creía debía ser cambiado. Lo real y lo imaginado van de la mano no sabiendo, en ocasiones, dónde termina lo uno y dónde comienza lo otro. No sólo viajaremos al pasado, cubierto por un luminoso arco iris que servía de puente, sino que desde el presente, desde los ojos de un libre pensante, reflexionaremos sobre aquello que otrora sucedió en Tobunipol y de cuestiones relacionadas con los valores fundamentales que deben poner en práctica, en todo momento, los seres humanos que se precien de serlo.