Estas crónicas fueron escritas en Cumaná, Venezuela, en 2008, durante un viaje realizado por la autora, y fueron publicadas en una edición no venal, que tuvo gran éxito. Las crónicas, revisadas para esta edición, se editan ahora con la intención de animar el debate sobre la importancia de las libertades democráticas para el desarrollo de los países y el bienestar de la sociedad. La autora quiere romper una lanza a favor del diálogo y la reconciliación de una nación que merece vivir con más sosiego y menos violencia, ya que tiene la suerte de ser la primera en reservas de petróleo y esto debería bastar para acabar con la pobreza y la incultura. En palabras de Joaquín Leguina, autor del prólogo de esta obra: «me sorprendió muy gratamente que alguien tan como rojo Belarmina captara con tanta nitidez y tan sabiamente los destrozos que la revolución bolivariana estaba produciendo en la vida de las personas, el desprecio que sentían los líderes de aquella revolución por los venezolanos que se negaban a comulgar con las ruedas de molino de Chávez y su pandilla».