He secado todos los pozos de mi diccionario buscando el origen del ciclo de mi nombre
y ando por las orillas del agua recolectando estrellas, dando forma al barro de los días y saboreando la naturaleza de todas las cosas que existen en mi camino y, en las que no existen, también.
Agradeciendo todos los regalos de la vida y llorando con las lágrimas de todo lo demás.
El tiempo es el agua que se evapora en nuestras mano, poco a poco, sin percatarnos. El agua que nos trae y nos lleva.
El agua que somos porque somos, a fin de cuentas, los caminos: los caminos del agua.