Este libro de Ángeles Jurado intenta captar apenas una esquina del vértigo de la pasión, describir la ceguera feliz que provoca en sus damnificados e incluso advertir de sus agridulces consecuencias. Las perdices casi no vuelan en el universo paralelo del amor loco, opina esta escritora. Este peculiar submundo se define, para ella, como un lugar donde las ansias, los malentendidos y las mentiras transforman la vida en un pequeño infierno y donde la catástrofe se lee entre las líneas de un teclado.
Por eso y porque la pasión también es un fogonazo que ilumina las tinieblas, este breviario tiene vocación de recuento de desencuentros, de soledades que pesan, de explosiones de besos.
De pasiones desenfrenadas que acaban en una cama o en el fondo de una piscina vacía.