En las Meditaciones metafísicas de Descartes aparece el término Kiliagono, que significa un polígono de mil lados. De ahí surge la palabra Kiliagonía, que es un neologismo acuñado por la autora. ¿Qué querrá sugerir con este producto de su invención? En la lectura y relecturas varias que este texto misterioso y hermético exige, cabe interpretar lo siguiente: al Kiliágono, que tal como el padre del racionalismo lo definiera, es un polígono de mil lados, añadamos que cada lado puede ser pensado como un espejo en el que se reflejaran las protagonistas: sus actos, sus deseos, padecimientos, fantasías o sueños. Acaso eso sea Kiliagonía.