Esta novela es continuación de Los entresijos del destino. Comienza el relato, después del accidente sufrido por Miguel y María en la carretera de San Andrés. Ambos cuerpos fueron recogidos por una ambulancia del Servicio Canario de Salud y llevados al Hospital Universitario La Candelaria, donde comprobaron que María seguía aún con vida, no así su novio Miguel. Ella fue ingresada en la UCI donde permaneció hospitalizada casi un año. Don Ricardo, padre de Miguel, que estaba en la cárcel por lo sucedido en el banco del que era director, tiene un encuentro fortuito, con un tal Arturo, el día que asistió al funeral de su hijo. En aquella conversación, le ofrece un trabajo relacionado con el mundo de las finanzas. Una vez excarcelado, pendiente aún de juicio, Ricardo maquina una venganza que le venía rondando en su cabeza desde que ingresó en la cárcel. Tras descubrir que su ex mujer, Patricia, mantiene relaciones lésbicas con su hermana, Esther, decide poner en marcha su plan. Aparece un nuevo protagonista, el comisario de Policía, Humberto Ramírez, que investiga unos sucesos, y en estas circunstancias se cruza con María, que ya ejercía su profesión de abogada.