Los relatos de Qué haría yo sin la música sitúan a diversos personajes en situaciones para las que no han sido preparados, poniéndolos al límite de su capacidad ante el cambio o ante lo imprevisto. En sus diversas encrucijadas, individuos o colectividades enteras quedan apremiados por la necesidad de afrontar su destino.
En sus historias se halla presente la Música, desde la más atávica hasta la que está por venir. Los cantos de la Grecia arcaica, la música clásica, el bolero, el jazz, el rock o la canción canalla del viejo cabaret acompañan o cruzan los argumentos y situaciones que envuelven a sus personajes.
Qué haría yo sin la música es también un conjunto de historias de amistad, tanto en las viejas y vitalicias lealtades como en fortuitas relaciones fugaces, que transcurren o estallan en un conjunto de narraciones que abarcan estilísticamente la crónica, el terror, la tragedia o la sátira humorística.