Me complace sobremanera ser la portadora de estas palabras de bienvenida al fascinante mundo de la creación literaria, campo en el que María Candelaria Marrero Pérez inicia su prometedora andadura con este libro, donde la prosa va haciendo guiños, a través de sus páginas, al sentir poético que deja entrever su autora en La diosa de piedra.
Siguiendo una estructura homogénea entre fondo y forma, La diosa de piedra nos va llevando, a través de sus sesenta relatos –a modo de semblanzas–, otros tantos títulos que nos abren las puertas a un mundo real, aunque no exento de un matiz revestido de una sugerente fantasía, en el que María Candelaria nos invita a participar en su particular lenguaje evocador, donde el pasado y el presente van de la mano, como si mantuviera un hilo atado a la nostalgia: ¿Dónde están los pensamientos y canciones que nacieron entre el ruido del mar y el graznido de las gaviotas?, se pregunta la autora al comienzo de su libro. Un sentimiento de añoranza recorre el tiempo transcurrido, pero su pregunta no parece estar limitada sólo a sus propias vivencias, a sus recuerdos y al paso de su tiempo. Es más bien una pregunta que recae en el lector, como una llamada de atención que interpretamos como una voz que nos conduce a la reflexión, a repasar las incógnitas del tiempo y las remembranzas que éste nos deja en la memoria.