Ina Molina nos quiere seducir desde la suspicacia y lo consigue; desde el mismo título nos intriga (…).
Nos sacude con su forma de construir historias de manera tan ingeniosa e inteligente, bajo ese cariz de sensibilidad y empatía que nos provoca en cada uno de los relatos.
El conjunto de sus relatos, un abanico de posibilidades creativas, forman el engranaje de una personalidad literaria, un estilo particular; y, es más, hasta nos atrevemos a afirmar que, cada uno de sus relatos, podría sugerirnos una novela entera.
Un libro que nos va a coger del brazo y, de entrada, no lo podemos dejar de lado (se lo prometo), se van a acordar de él.
Berbel