Más que relato es un escrito que brota espontáneo, como reflejo de cada situación determinada.
No se va hacia atrás ni hacia delante, no se busca pretérito ni futuro; siempre se está en presente, aun cuando en la redacción se utilicen diferente tiempo y distinto espacio.
El texto aparece embarullado, porque en realidad no se cuenta; es decir, cada personaje vive su momento, sin preocuparse de la posible conexión que pueda existir con instantes pasados. Más tarde puede hacerse referencia a lo dicho anteriormente, eludiendo hacer hincapié en la historia, un tanto indefinida, debido al celo que cada cual pone en evitar su alusión completa.
Ocurre que, en el proceso de la narración, los personajes acaban imponiendo su voluntad al autor, quien, al verse desbordado en su intención, sigue fielmente los dictados de cada uno, bajo cuya influencia, que no desdeña, termina de tejer su enmarañada obra.