«Mi patria no es el mundo, / mi patria no es Europa, / mi patria es de un almendro / la dulce, fresca, inolvidable sombra». Esta estrofa del poema «Canarias» no sólo le ha otorgado a Nicolás Estévanez la consideración de fundador de la Escuela Regionalista, sino que lo hizo protagonista de la polémica generada por Unamuno en su libro Por tierras de Portugal y España, donde escribe: «¡Pobre del que no tiene otra patria que la sombra de un almendro! ¡Acabará por ahorcarse en él!» Lo cierto es que, malentendidos aparte, con apenas unos cuantos versos sencillos, poco elaborados y enumerativos, Estévanez logró condensar el sentimiento de la patria isleña, consagrando el almendro como símbolo de lo canario.
Este volumen reproduce la tercera edición de Romances y cantares, publicado en 1891 por Hermanos Garnier, en París. Está precedido por un prólogo del matemático, filólogo, político y correligionario de Estévanez en el republicanismo federal, don Eduardo Benot.