De lo que somos a lo que siempre temimos convertirnos no van más de diez líneas, quizás alguna más si entre lo que somos y lo que creemos que somos media un abismo. Por eso son peligrosos los deseos. Y la cirugía plástica. Y los sueños. Y las casualidades. Y los bailes de salón. Y las oficinas. Y los cuentos.
En esta colección de relatos hiperbreves lo que importa es el tamaño de lo que entrevemos y en ocasiones de lo que se nos niega. Pero no se preocupe: del terror al humor tampoco van más de diez líneas. Y si se sorprende riéndose de lo que no debe, sólo tiene que cerrar el libro.