Más allá de la diversidad de tonos y estructuras, un elemento común unifica los cuatro relatos que conforman este volumen, un elemento que en ocasiones se presenta de manera disimulada, pero que finalmente resulta ubicuo: el tiempo. Los personajes de estas historias comparten el protagonismo con este nexo, con este lazo de múltiples caras. A lo largo de estas páginas el lector asistirá a una disolución del tiempo tal y como lo conoce. Podrá sumergirse en un nuevo tiempo, un tiempo que se congela en una efímera ilusión, un tiempo que se consume hasta el momento de no retorno, un tiempo dúctil y moldeable, un tiempo que se domina.