Quizá las sombras no oscurezcan a los seres que se encuentran rodeados por ellas aunque queden huérfanos de identidades y voces. Tal vez la gris imagen difuminada se encuentra en el corazón de quienes la observan y ciegos, con sus ojos miopes, matan el mundo de duendes, de palomas blancas con picos rosados, de sirenitas chismosas que hacen reír; únicos sueños posibles que disipan la niebla.