Concebida como parodia de modos de lenguaje, aborda en clave farsesca y farandulera algunos de los atributos del Estado, los tentáculos con los que el Poder se camufla y domina la vida de los ciudadanos. Al mismo tiempo quiere ser un tributo de admiración a los viejos feriantes de barraca y carromato a punto de extinguirse como se apagan los recuerdos, como se oscurecen los sueños. Representada en Canarias, Argentina y Venezuela, en este último país su puesta en escena ha obtenido diferentes premios de montaje e interpretación en festivales de teatro independiente.