Alegato contra la violencia, la demencia armamentista y la amenaza nuclear en forma de falso teatro histórico. Dentro de un juego de «teatro dentro del teatro», de estirpe brechtiana y pirande-lliana, la obra desarrolla en tres actos una supuesta confrontación entre el pirata Frances Drake y el ingeniero Leonardo Torriani en Canarias. Parábola sobre la capacidad destructiva del ser humano, ficción y realidad confunden sus límites para, al mismo tiempo, reflexionar críticamente sobre la razón y el sentido del propio texto que se escribe. Esta obra recibió el Premio Ángel Guimerá en el año 1989.