Este libro aporta, a modo de cata, algunos documentos de interés para conocer las diversas posturas que se defendieron y discutieron durante los momentos previos a la promulgación, por parte del ministro de Hacienda Juan Bravo Murillo, del célebre decreto de 11 de julio de 1852 que establecía para varios puertos de las Islas la condición de francos. En los textos se pueden encontrar posturas favorables y contrarias, así como algunas muestras del pleito insular con respecto a las franquicias y al tráfico marítimo. El lector se halla ante unos textos de gran valor para la comprensión de uno de los hechos más trascendentales de la historia de Canarias; julio de 1852 marcó un antes y un después en el desarrollo de las Islas.