Servilletas desdobladas —escrita en tres semanas y gestada en tres años— presenta el subsuelo de Budapest como puerta de acceso al infinible oculto tras la ciega cortina de la sociedad de consumo. Es la paradoja de esta ciudad —engullida por el capitalismo— una perfecta metáfora del conflicto vital de Gábor, un don nadie escéptico, fugitivo y desengañado que ha encontrado en Amber, su compañera, la razón de estar en un mundo falseado y hostil en el que tratan de subsistir a fuerza de amor. El protagonista sólo podrá responder ante su encrucijada existencial a través de la enigmática figura del abogado Casucci, un místico indigente, barquero danubiano, amazónico, defensor subterráneo de un mundo mejor a través de la teoría de las servilletas desdobladas, por la cual «todos somos un poco todo el mundo».