No podemos negar que la realidad que observamos es muy diferente a la verdad científica; por eso hemos de admitir que en el Universo hay dos opciones; una, atenernos a los hechos tal como los vemos y observamos y otra, admitir la realidad según se ha deducido de un modo científico, ha de haber un Universo real y otro aparente (el que acepta los fenómenos naturales tal como los vemos). Cuando observamos con atención la naturaleza encontramos detalles que no concuerdan con la idea que tenemos de la realidad; ello nos ha llevado a imaginar otras causas que, aunque a simple vista parecen contradictorias, puede que se ajusten a la verdad. Para explicar el movimiento de los astros, en torno a la Tierra, se pensó que ésta no era plana sino esférica, que gira sobre si y que, además, viajaba en el Espacio.
Estas ideas que hoy aceptamos como verdades, no siempre fueron tenidas en cuenta y costó sacrificios y lágrimas para ser admitidas; todo esto nos dice que la realidad que observamos puede ser muy diferente de la verdad científica; cosas que parecen ser, no lo son y cosas que se creen absurdas y sin sentido pueden ser realidad.