Es un ejercicio narrativo que fluctúa entre el cuento y el poema en prosa. La acción se para o ralentiza para jugar con las palabras, con los silencios, con las sugerencias. Los dioses confiesan debilidades, descubren zonas de su vida que no se conocen o realizan hazañas inauditas. Es también el lado más humano de la divinidad. O representa el aspecto divino que podemos tener los hombres y mujeres.