El clima de las Islas Canarias es un factor de su naturaleza y su patrimonio natural que ha sido tratado por los historiadores de modo casi proverbial. Visto en relación con la actual realidad del turismo, como un binomio indisoluble del mismo, el interés por el clima ha pasado desapercibido en su perspectiva histórica.
Por su clima y su posición geográfica, acudieron a las islas Canarias numerosos científicos alemanes a principios del siglo XX para instalar en Tenerife establecimientos de gran interés: La Estación Primatológica del Puerto de la Cruz, el Sanatorio Antituberculoso de las Cañadas del Teide, y a los Observatorios Meteorológicos de la Cañada de la Grieta y de Izaña.
En el año 1909 se construyen dos edificaciones en Las Cañadas del Teide como parte de un observatorio meteorológico, una de las cuales era propiedad del káiser Guillermo II. A través de estas páginas se revela el interés del gobierno alemán en un lugar privilegiado como era entonces Las Cañadas del Teide para establecer un aeródromo para zeppelines, en una época caracterizada por el nacimiento de la aeronáutica comercial mundial, aunque también por la tensión internacional europea que desembocó en la primera guerra mundial.