La patria, la verdadera patria es el mundo: ese sentimiento que los hombres llaman nacional, todo es una pura mentira: donde no hay virtudes sociales no hay patria. Cualquiera que sufre es un hermano y debemos auxiliarle: porque un hombre haya nacido en Francia o Inglaterra, no deja de ser hermano nuestro. Es mentira eso de llamar al español, español, y al criollo, criollo; no señor, todos somos hermanos. Nuestra verdadera patria es el mundo: ya ve Vd., yo he nacido en África, pues sin embargo si Vd. me necesita soy su hermano: y donde esté oprimido, como me sea posible, allí estaré a darle mis auxilios... Parece imposible que en el siglo diez y nueve existan todavía en el mundo diferencias de razas en el género humano.