Seres indefensos que sin saber cómo son capaces de extraer fuerzas de la Luz para seguir viviendo, y así recosen sus rotos, recomponen los sueños, restañan sus heridas con la prontitud de la naturaleza que les permite existir
Se trata de una narración donde confluyen equilibradamente los contrarios, pues no es posible desde el punto de vista de la mirada del autor mostrar el dolor sin la presencia de la ternura, la violencia sin el bálsamo, el terror sin la fortaleza u odio sin amor…
Alguna vez fuimos niños, mas ese tiempo que se vivió con tanta urgencia y se regaló a la experiencia del vivir tan a manos llenas, aún está agazapado en los pliegues más subterráneos de del adulto, por eso, el leer Como dos lunas llenas, significará adentrarse en lo profundo de la infancia de cada persona. No deben temer dejarse llevar de la mano del autor, por el contrario la experiencia les será tan liberadora y gratificante como necesario un ritual de iniciación.