En el pueblo de Milgánigo, unos desaprensivos cortan el caudal del agua que surte a la Fuenteviva con el fin de comerciar con ella. La gente, por ignorancia, estupidez y miedo atribuye la falta del preciado líquido a una familia inmigrante, pero sus hijos y sus amigos, Yaiza y Jonay, lograrán desenmascarar a los criminales.
La Fuenteviva, premio Atlántico de Literatura Infantil 1993, es, ante todo, una historia de amistad. De una amistad auténtica, que está por encima de los prejuicios y las opiniones de los demás.