El gofio y las cabras son nuestro vínculo ancestral con el mundo aborigen, con el pastor alzado que es nuestro rebelde por antonomasia. Atengámonos a nuestro gofio , bendigamos esa costumbre sabrosa, nutritiva y frugal que ha permitido a la gente sencilla defenderse contra las crisis económicas y los golpes de la fortuna suministrando el alimento básico para subsistir y que ocupa el lugar de honor en la dieta campesina.
La modestia del menú canario puede parecer desoladora a los foráneos, pero el que se acostumbra a ella no deja de regocijarse cuando se le ofrece un caldero de papas, abiertas como flores, un suculento pescado salado o fresco y ese mojo verde o colorado que no puede faltar en la mesa y que es necesario neutralizar con unos tragos de vino isleño. (...) En este ensayo se rescatan 11 textos procedentes de fuentes literarias, libros de viaje y prensa que nos ofrecen diferentes visiones- todas ellas nutritivas- sobre la alimentación, permitiéndonos una primera aproximación a este tipo de historia social y cultural en torno a la mesa que nos une.