La Cuba colonial de fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX es diferente al resto de colonias hispanoamericanas. La plantación azucarera, el camino escogido para alentar el desarrollo de la colonia, dio paso a una sociedad disímil, asociada al binomio azúcar-esclavos. La plantación es azúcar, la plantación es esclavitud, la plantación son tierras, y en definitiva es también sociedad. Una sociedad que se nos presenta en buena medida atada a los beneficios del cultivo de la caña, pero al mismo tiempo, se renueva y explora nuevas opciones. Alternativas que vendrían determinadas por los sujetos sociales portadores de las mismas. De ahí la importancia de volver a repensar el siglo XIX cubano, objetivo de los autores que participan en el presente volumen quienes, a través de sus «viñetas», no en el sentido de caricaturas sino de semblanzas, reconstruyen escenas de la vida social. El primer apartado, dedicado a los recursos –tierras, aguas, bosques, etc.– y las disputas por su control, reúne las aportaciones de Reinaldo Funes, Gerardo Cabrera, Imilcy Balboa y Emma Dunia Vidal. Un segundo bloque se ocupa del análisis de los actores sociales: esclavos, mujeres y marginados del sistema y recoge los estudios de Aisnara Perera y María de los Ángeles Merino, Claudia Varella, Amparo Sánchez Cobos, Yolanda Díaz y Leonor Hernández. Mientras, en el tercer y último Delphine Sappez y José A. Piqueras examinan la sociedad civil, las demandas de autogobierno de las elites y la articulación del proyecto de nación.