Los relatos recogidos en este libro, componen un cuadro orgánico de historias que se adentran en los recovecos del alma de las gentes que transitan esa ciudad soñada por el autor: Puerto Santo. El libro se convierte así, en una indagación sobre el hombre y su búsqueda infructuosa de respuestas. Un pescador elige el mar para despedir a su difunta mujer, hasta descubrir que, en su ausencia, la tierra firme es un lugar sin afectos donde se siente perdido. Un viejo, encerrado durante días en una guagua, va desgranando episodios de su vida que lo conducen a un pasado doloroso. El rescate de un joven por un cabrero en medio del monte, desata el nudo de un episodio remoto vivido con el padre del muchacho durante la guerra civil, volviendo a abrir heridas difíciles de restañar. Una anciana regala a una amiga una colcha elaborada con retales de tela, cada uno de los cuáles se corresponde secretamente con un momento importante de una vida que ahora se cierra. La memoria transita estas historias, arrancando esquirlas a unas vidas, que siempre atesoran breves momentos que valen lo que toda una existencia.