Con un lenguaje poderoso y sorprendente, telúrico y lírico a la vez, Nacaria narra la epopeya de un sueño quimérico y su dramático desmoronamiento, al tiempo que constituye la fundación del territorio mítico literario de Isla Nacaria, presente en otras obras del autor. Basada en hechos reales del pasado -el cultivo y la comercialización de la cochinilla en Canarias-, la novela no es una crónica histórica, sino una original parábola sobre la fascinación de los espejismos y la desolación de la derrota. En cualquier tiempo y en cualquier geografía. En el fatal cumplimiento, tanto individual como colectivo, de un destino siempre incierto.